jueves, 3 de noviembre de 2016

Rock en Nicaragua, entre el olvido y la discriminación


No es un secreto que hoy en día el rock en Nicaragua es un tema muy trivial, desde hace mucho tiempo se ha señalado al género con adjetivos satanistas, corrompidos y degenerados.  Entrar a esta esfera del rock en nuestro país va más allá que escucharlo, entre tantas bellas emociones también está la responsabilidad de soportar el estigma social de la discriminación. Ya sea de denominaciones religiosas, padres de familia, educadores, organizaciones laborales, entre otros. Es por lo cual existen pocos medios de comunicación que difundan temas acerca del medio, noticias del genero e información referente al rock/metal.

Medios de comunicación como la Rock FM, Rock Nica, Contra corriente son de los pocos que hoy en día difunden información acerca de bandas nacionales y extranjeras, pero sabemos que la información brindada por estos medios es limitada en comparación a lo que sucede fuera de las fronteras, en parte no es culpa de ellos, la responsabilidad que tienen con tan poco apoyo es uno de los factores detonantes.

Me di la tarea de entrevistar a algunos jóvenes para saber que piensan ellos acerca de la escena en nuestras tierras, ya que me identifico con ellos y considero que la opinión de ellos es muy importante, representamos la escena en este país, los que vamos a los conciertos, los que estamos pendientes de actividades nuevas, que tenemos muchas cosas por decir, somos voces que aún no tenemos la relevancia suficiente, y no por falta de interés de los medios en el ámbito del rock, si no por el estereotipo del genero mencionado al inicio; para esta en particular le di la palabra a jóvenes en la zona de Plaza Inter
ES EN SERIO????

Entre muchos de los comentarios realizados en la entrevista surgió la problemática de los conciertos, está a la vista que Nicaragua posee problemas relativos a conciertos de rock/metal, mientras que el resto de países en Centroamérica ha organizado en la última década conciertos de la talla de Iron Maiden, Metallica, Rhapsody, Therion, entre otros, esto no quiere decir que los otros géneros musicales no deban presentar su show aquí, pero no hay diversidad. La primera razón que me dieron estos jóvenes, es por el mal hábito de no apoyar los conciertos, factores como quejarse de cada evento anunciado, ya sea expresar odio por la banda que viene,  rechazar el costo de las entradas, subestimar el sub género al que la banda pertenece,  quedarse afuera del concierto tomando licor y no pagar la entrada, hasta cometer actos de vandalismo o alteración al orden público, este último provoca un repudio social generalizado a los que nos gusta este tipo de música, lo que conlleva a los estereotipos que ya nos sabemos de memoria.

Lo mencionado anteriormente es el detonante para la otra razón por la que eventos de este tipo no se den en nuestro país, y es la falta de organización, o bien, de una organizadora fuerte que tome el reto de traer a Nicaragua un evento de grandes magnitudes, y es claro, con el estereotipo negativo y repudio social generalizado, sumado a la población conservadora de Nicaragua, ninguna organizadora ve rentable eventos como estos por miedo a pérdidas en concepto de poca venta de entradas o por gastos de reparación provocadas por algún tipo de vandalismo, hecho por algún irresponsable que cree que haciendo una escena bochornosa de ese tipo es algo común en el rock/metal, sumado a muchos casos de estafa agravada, -recuérdese el caso Siembra Y Lucha-.

Otra problemática muy común es el espacio para los eventos, si bien es cierto, contamos con estadios y terrenos de gran capacidad, estos solo son usados para eventos de otros géneros, mientras que la escena del rock/metal, se tiene que conformar con pequeños espacios proporcionados con personas que sí tuvieron iniciativa de crear locales con el concepto del género, pero ¿qué podemos exigir?, todo esto es provocado por una cadena de eventos desafortunados, un engranaje perverso que lucha en nuestra contra, pocas organizadoras, poco apoyo, vandalismo, entre otros, porque en este país es normal ver a personas pagando U$ 200.00 por una hora de frente en el concierto de Marc Anthony mientras C$600.00 del concierto de Soulfly significó ver muchos rasgándose las vestiduras, porque en este país Maná se presenta cada año con precios exorbitantes y siempre llena el estadio nacional de futbol (y el Denis Martínez en su momento), pero la segunda vez que vino Leo Jiménez la afluencia fue mínima porque "demasiado dos veces", porque cuando vas a comprar la entrada de U$99.00 para ver a Ricardo Arjona en el Super Express te atienden como príncipe, mientras que el siguiente en la fila pide entradas para "El Coctel explosivo de Canal 8" y te miran con recelo, con duda, como si llegaras a comprar droga.
Otro mas
Si bien es cierto, es difícil cambiar la opinión de la sociedad conservadora de Nicaragua, es hora que cambiemos nosotros mismos en nuestro segmento; he escuchado muchas críticas negativas hacia los muchachos que están en la plaza maya de plaza inter, yo tuve la oportunidad de escuchar su opinión y quiero decirles que son chavalos con los pies sobre la tierra, con muchas ideas innovadoras, con quejas, con sugerencias, chavalos con sueños y con metas, que por la misma discriminación su opinión no es tomada, chavalos señalados por el público en general y señalados en la misma escena, puesto que se subestima a estos muchachos, ellos son la nueva generación del rock, que siente la música igual que sintieron los rockeros de los 80's y 90's, ciertos sectores de la escena del rock/metal discriminan géneros como el metalcore, alternativo, etc., no ha sido una vez que he oído que los catalogan de maricones y plásticos, pero si todos nos quitáramos la venda de los ojos encontráramos chavalos con ganas de superarse, chavalos felices, chavalos responsables, sobre todo chavalos que saben lo que les gusta y disfrutan de este regalo que es la música, desgraciadamente todo lo dicho anteriormente en este párrafo, sumado al poco acceso de medios publicitarios impide que el talento nato de muchos de ellos se pierdan, uno de los jóvenes con quien tuve la oportunidad de hablar, mencionó que quiere formar una banda con sus amigos, él como vocalista, y que los instrumentos, grabaciones, entre otros gastos, serán sufragados con sus ahorros, muchachos como el, no tienen un contacto cercano que les ayude a grabar el estudio, que les difunda su demo en la radio, que les patrocine su primer toque, y es así como el sueño de tener una banda nica, conocida internacionalmente, se fuga, es por esto que nuestro país seguirá con los mismos problemas que hoy estoy planteando, y nos seguiremos conformando con las mismas bandas de siempre, o con proyectos pasajeros, que aparecen y desaparecen, muriendo por la misma falta de apoyo.

El estigma social nos exige ser más unidos entre nosotros, rockeros y metaleros, los de la vieja y la nueva escuela, este género es más que una camiseta, es un sentimiento, es algo que nos une, un lazo más allá de la sangre, y de las fronteras, que si se interpreta de la mejor manera es capaz de erradicar el racismo, la xenofobia y el odio, y si nos dividimos por dentro, el ataque desde afuera será peor.

Se que este tema es muy obvio y hasta está "quemado" pero siento la necesidad de compartirlo porque me parece injusto que tengamos que emigrar ha otros paises de Centroamérica a causa de esta problemática, y como un recordatorio de lo que somos, y que al final nos convertimos en uno mismo,  mi padre me mostró a Motley Crue cuando tenía 4 años, y hoy escucho a Avantasia, eso no me aleja de lo que aprendí hace 20 años, el que escucha a Dimmu Borgir no es superior al que escucha Asking Alexandria, simplemente porque la música es un regalo que debe compartirse.